Soneto al fuego
¿Quién puede cruzar con pies y corazón
el paraje que la lluvia no alcanza
y en cuya tierra se expanden las brasas
donde la piel se atormenta de pasión?
¿Quién puede sobrevivir a la gracia
del fuego bautizado cual tentación?
¿Quién puede mirar el cielo del dolor
y no morir encantado en sus llamas?
¿Quién sin gritar puede arder en silencio?
¿Quién aceptar la noche de los tiempos
si los ángeles el fuego han de alabar?
¿Quién dormir luego de lamer lo eterno?
¿Quién es quien la hoguera puede atravesar
y no salir cubierto por el hielo?
el paraje que la lluvia no alcanza
y en cuya tierra se expanden las brasas
donde la piel se atormenta de pasión?
¿Quién puede sobrevivir a la gracia
del fuego bautizado cual tentación?
¿Quién puede mirar el cielo del dolor
y no morir encantado en sus llamas?
¿Quién sin gritar puede arder en silencio?
¿Quién aceptar la noche de los tiempos
si los ángeles el fuego han de alabar?
¿Quién dormir luego de lamer lo eterno?
¿Quién es quien la hoguera puede atravesar
y no salir cubierto por el hielo?
- L. Revol -

El acierto
He escuchado voces donde no hay labios,
saboreado lunas donde no hay noches,
lamido sangre de venas informes,
caminado donde ya no hay espacios
He gritado el silencio de las voces
y mirado tierras sin horizontes
Y todo lo salvaje me ha domado,
todo lo fugaz lo eterno me ha dado
Bebemos de la sed de aquel desierto
que forjado por nuestros propias ansias
es nuestro nombre en la voz y el silencio
No hay sendas más allá de nuestros sueños
y por este don queda en toda hazaña
nada en su lugar mas todo en acierto
saboreado lunas donde no hay noches,
lamido sangre de venas informes,
caminado donde ya no hay espacios
He gritado el silencio de las voces
y mirado tierras sin horizontes
Y todo lo salvaje me ha domado,
todo lo fugaz lo eterno me ha dado
Bebemos de la sed de aquel desierto
que forjado por nuestros propias ansias
es nuestro nombre en la voz y el silencio
No hay sendas más allá de nuestros sueños
y por este don queda en toda hazaña
nada en su lugar mas todo en acierto
- L. Revol -

Encomio a Artemisa
Bella soberana del tiempo ancestral,
eres eterna en la noche de luna;
feéricas doncellas en la bruma
danzan en tu nombre por la guía astral
Reina del bosque y de las alturas,
toda jornada espera tu divinal
beso escarlata de luminosidad
y por tí claman nocturnas criaturas
Donde tú habites habita el misterio
En la voz del destino está tu reino
Si la noche es tuya nunca es impura
Porque tu magia destruye el silencio
y tu extrañeza da luz al lamento
no está perdido el que mira la luna
eres eterna en la noche de luna;
feéricas doncellas en la bruma
danzan en tu nombre por la guía astral
Reina del bosque y de las alturas,
toda jornada espera tu divinal
beso escarlata de luminosidad
y por tí claman nocturnas criaturas
Donde tú habites habita el misterio
En la voz del destino está tu reino
Si la noche es tuya nunca es impura
Porque tu magia destruye el silencio
y tu extrañeza da luz al lamento
no está perdido el que mira la luna
- L. Revol -

La ventana de Hades
Desde ultratumba padecen los sueños
Hades, el dios del reino de los muertos
conoce el secreto de la manzana,
sabe quién mira desde su ventana
De mayor vida he logrado ser dueño
al rasguñar con piel de oscuro fuego
suelos de la muerte, la pena sacra
donde atisba Hades tu propia cara
Aquello que llamamos estar vivo
sólo lo comprende aquel que agoniza
Oh gran dios de los dioses del Abismo
deja ver desde la vital orilla;
sólo desde el inframundo, el sino,
puede llegar a nombrarse la vida
Hades, el dios del reino de los muertos
conoce el secreto de la manzana,
sabe quién mira desde su ventana
De mayor vida he logrado ser dueño
al rasguñar con piel de oscuro fuego
suelos de la muerte, la pena sacra
donde atisba Hades tu propia cara
Aquello que llamamos estar vivo
sólo lo comprende aquel que agoniza
Oh gran dios de los dioses del Abismo
deja ver desde la vital orilla;
sólo desde el inframundo, el sino,
puede llegar a nombrarse la vida
- L. Revol -

Mosca y gusano
He de beber de los ácidos crudos
y untar la lengua en la sucia maraña
que los limpios codician con gran maña
Cuanto más duele, tanto más lo busco
He de engullir y vomitar con saña
el deseo por las hembras, que alaban
los amantes de la bilis y el mundo
Cuanto más limpio, más quiero lo sucio
Son mi morada las execraciones,
lo fétido la miel de mis canciones,
de lo indeseado soy el dios y el amo
Huele a muerte tu placer en mi olfato
pues de la vida soy putrefacciones
Soy el otro lado, mosca y gusano
y untar la lengua en la sucia maraña
que los limpios codician con gran maña
Cuanto más duele, tanto más lo busco
He de engullir y vomitar con saña
el deseo por las hembras, que alaban
los amantes de la bilis y el mundo
Cuanto más limpio, más quiero lo sucio
Son mi morada las execraciones,
lo fétido la miel de mis canciones,
de lo indeseado soy el dios y el amo
Huele a muerte tu placer en mi olfato
pues de la vida soy putrefacciones
Soy el otro lado, mosca y gusano
- L. Revol -

El fantasma
El olvido, sin ver la voz del tiempo,
cierra cruel y dulcemente la puerta,
se retira con sabor a silencio
y me deja con el pasado a cuestas
Y ella ya roza otra vez los objetos
de mi cuarto, e ilumina con fuerza
devastadora todos los misterios,
y besa estas sábanas que se quejan
Y en mis labios ella vuelve a sonreír
Y en ayer me ahondan sus hondos ojos
Y mi estrella brilla oscura en mi nadir
La piel de su fantasma puedo sentir
y una vez más en las ruinas me arrobo
Una vez más he vuelto inerme a morir
cierra cruel y dulcemente la puerta,
se retira con sabor a silencio
y me deja con el pasado a cuestas
Y ella ya roza otra vez los objetos
de mi cuarto, e ilumina con fuerza
devastadora todos los misterios,
y besa estas sábanas que se quejan
Y en mis labios ella vuelve a sonreír
Y en ayer me ahondan sus hondos ojos
Y mi estrella brilla oscura en mi nadir
La piel de su fantasma puedo sentir
y una vez más en las ruinas me arrobo
Una vez más he vuelto inerme a morir
- L. Revol -

La dama de las hojas
Dama que la naturaleza adoras
cual reino mágico que tus pies besa,
te he visto del árbol bajo la sombra,
te he visto en la tibieza de la tierra
Dama que el fiel instinto de las hojas
comprendes con la gracia de quien reza,
soy la voz encarnada que te nombra,
soy quien gusta sangrar en tu belleza
De la savia de tus venas brotará
el imperio de los silentes bosques
que acallarán la tortuosa humanidad
Dama de las hojas, de blanca noche,
¿qué pétalos de glorioso renombre
en mis labios hubiste de reposar?
cual reino mágico que tus pies besa,
te he visto del árbol bajo la sombra,
te he visto en la tibieza de la tierra
Dama que el fiel instinto de las hojas
comprendes con la gracia de quien reza,
soy la voz encarnada que te nombra,
soy quien gusta sangrar en tu belleza
De la savia de tus venas brotará
el imperio de los silentes bosques
que acallarán la tortuosa humanidad
Dama de las hojas, de blanca noche,
¿qué pétalos de glorioso renombre
en mis labios hubiste de reposar?
- L. Revol -

Roja y sanguinaria visión I
No ver, tú, siempre atisbada, no verte;
arrastrar tu minuciosa perfección,
ser ardor que desea lo que teme,
mas prohibirte subterfugio en la visión
Artífice de visión que en tí no está,
ya saborearte en tu grandiosa ausencia,
presente y en olvido tu presencia,
y esperarte donde nunca llegarás
No verte, ver terror en tí, abismal
volición en la distancia del cenit;
convencerme de que infernalmente estás
allí en la gracia opuesta de lo real
Desearte justo donde no has de existir
Desearte justo donde es fatal desear
arrastrar tu minuciosa perfección,
ser ardor que desea lo que teme,
mas prohibirte subterfugio en la visión
Artífice de visión que en tí no está,
ya saborearte en tu grandiosa ausencia,
presente y en olvido tu presencia,
y esperarte donde nunca llegarás
No verte, ver terror en tí, abismal
volición en la distancia del cenit;
convencerme de que infernalmente estás
allí en la gracia opuesta de lo real
Desearte justo donde no has de existir
Desearte justo donde es fatal desear
- L. Revol -

Roja y sanguinaria visión II
Las horas de la umbría se desprenden
del tiempo que luminosa no habitas,
donde se expande el reino que suscita
la voz que augura la profunda muerte
de esta alma que doliente te avista
cual visionario que ciego se agita
en abismos donde sentirse puede
grácil tu risa, desgracia en mi suerte
Es aquí donde acaban los dolores
pues la sombra calcina a quien la siente
y el gran letargo siembra sus sopores
Así los hombres sombríos luz huelen;
la sombra no vela tantos horrores
como el maléfico hecho de verte
del tiempo que luminosa no habitas,
donde se expande el reino que suscita
la voz que augura la profunda muerte
de esta alma que doliente te avista
cual visionario que ciego se agita
en abismos donde sentirse puede
grácil tu risa, desgracia en mi suerte
Es aquí donde acaban los dolores
pues la sombra calcina a quien la siente
y el gran letargo siembra sus sopores
Así los hombres sombríos luz huelen;
la sombra no vela tantos horrores
como el maléfico hecho de verte
- L. Revol -

Roja y sanguinaria visión III
Quizás por en lo eterno no pensarte
es que furioso flagelo mis sienes
Quizás en sagrados humos que mienten
es que me obnubilo por alejarme
del sitio donde habito realmente,
de la luz que en mí te engendra, tu imagen,
de allí donde irreal puedo habitarte,
de tu corona de rojas serpientes
Pues es aquí donde sin verte anidas,
un ápice de tu ingente belleza
grácil en mi pecho encuentra guarida
Las fronteras de esta dulce tormenta,
donde mi alma gris salvarse podría,
están en tu imposible inexistencia
es que furioso flagelo mis sienes
Quizás en sagrados humos que mienten
es que me obnubilo por alejarme
del sitio donde habito realmente,
de la luz que en mí te engendra, tu imagen,
de allí donde irreal puedo habitarte,
de tu corona de rojas serpientes
Pues es aquí donde sin verte anidas,
un ápice de tu ingente belleza
grácil en mi pecho encuentra guarida
Las fronteras de esta dulce tormenta,
donde mi alma gris salvarse podría,
están en tu imposible inexistencia
- L. Revol -

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